A estas alturas de la carrera política por la presidencia de los EE.UU, el Partido Demócrata parece mucho más cohesionado que después de las primarias. Mientras las continuas declaraciones y comportamientos del presidente del país están intensificando la sensación de amenaza sistémica, las discrepancias dentro del bloque demócrata se ocultan debajo de la alfombra y el debate ideológico se pospone para enfocar la atención en el objetivo común de desalojar al actual inquilino de la Casa Blanca.